Los
desposorios, en hebreo "erês", eran un
contrato hecho ante testigos entre el
padre de la esposa por un lado y el
padre del esposo por otro. El objeto era
no solo la unión de los cónyuges, sino
todo lo relativo a la cantidad que se
habría de pagar al padre de la esposa. A
veces, no siempre, la novia era dotada
por su padre, pero era una excepción.
Los
desposorios se realizaban mucho antes de
las bodas, entre los seis meses y un
año. Sin embargo, esta costumbre no era
general pues en ocasiones el ajuste y el
casamiento se realizaban en el mismo
acto. Como quiera que sea, desde el día
en que se celebraban los desposorios o
esponsales se consideraba como ajustado
el matrimonio, recibiendo la mujer el
título de esposa aunque no cohabitase
con su marido. Por eso cuando después de
los desposorios se negaba el esposo a
contraer definitivamente el matrimonio,
estaba obligado a dar líbelo de repudio
a la mujer; y también si ella había
pecado con otro hombre, era tratada como
adúltera y podía ser castigada con la
muerte a pedradas (lapidación). Para la
adúltera casada se reservaba el castigo
de la estrangulación que el mismo marido
podía ejecutar.
Llegado el
día de la boda, el esposo preparaba en
su casa el banquete y, ataviado con las
vestiduras nupciales y acompañado de
jóvenes de su edad, músicos y cantores,
pasaba a casa de la esposa. Esta estaba
con las mejores galas, ceñida la cabeza
con una corona y acompañada de doncellas
de su edad seguía con toda pompa a su
esposo.
En tiempos
menos antiguos, cuando la esposa se
trasladaba a casa de su esposo,
generalmente de noche, la alumbraban con
antorchas o lámparas de aceite (Mateo
25:1-12). Los hombres se entregaban al
banquete y las mujeres se sentaban en
otra mesa en el gineceo (lugar de la
casa reservado para ellas). Al final de
la comida se deseaba a la recién casada
una dilatada descendencia (era la
bendición nupcial). Por último, la
esposa, que había permanecido
constantemente tapada, era conducida al
tálamo nupcial mientras los invitados
seguían celebrando hasta que se agotaba
el vino.
Las
concubinas
Concubina
era la que sin estar casada vivía
conyugalmente con un hombre. El
significado etimológico es "acostarse
juntos". En el Génesis (16:1-6) se la
define como "una mujer legítima, pero de
segundo orden e inferior a la señora de
la casa". Los hijos nacidos de esta
unión son prohijados por la esposa,
adquiriendo rango propio.
Lo que
distinguía a las concubinas es que sus
bodas no se celebraban con solemnidad y
ceremonias públicas. Su matrimonio,
aunque legítimo, se hacía con un simple
consentimiento mutuo. A veces, los
mismos padres, daban una esclava por
concubina a sus hijos para evitar que se
entregasen al libertinaje.
No se
podía negar los derechos de esposa a la
concubina, ni tampoco venderla. La
familia del marido debía considerarla
como su hija o nuera. Entre la clase
pobre no se daban muchos casos de
concubinato, y cuando esto ocurría el
motivo era excusado por manifiesta
esterilidad por parte de la primera
esposa. |