El primer dentista conocido de la historia es Hesy-Re, un sabio egipcio que practicaba operaciones dentales simples (empastes, extracciones...) hace unos 5000 años. Tanto en Egipto como en el resto de Oriente Próximo, se insertaban dientes postizos de marfil hace al menos, 5600 años. Los etruscos, los más reputados dentistas de la antigüedad, hacia el 700 a. C., colocaban prótesis dentales hechas con dientes de animales (que tallaban a medida del cliente) y eran engarzados en oro. La moderna dentadura postiza, realizada empleando marfil de hipopótamo, nace en la última década del siglo XVIII; el presidente norteamericano George Washington fue uno de sus primeros usuarios.

En cuanto a los hábitos de higiene dental se refiere nos encontramos con algunos datos curiosos:

  • En Mesopotamia y China aparecen los palillos dentales de oro.

  • Los Babilonios y Asirios por su parte utilizaban masajes en las encías combinados con diversas medicaciones de hierbas.

  • Los Egipcios usaban diversas técnicas para curar las enfermedades de los dientes, como limpiezas con fórmulas a base de miel y arena para fortalecer los dientes.

  • Para los Hebreos, uno de los preceptos religiosos que se usaban como norma obligatoria era la limpieza de la boca.

  • En la India, limpiaban los dientes con palitos amargos astringentes enjuagándose la boca seguidamente con agua fresca.

  • En la vida islámica era obligatorio el lavado ritual cinco veces al día antes de cada oración; cada lavado incluía tres enjuagues de boca; además se limpiaban los dientes con los "Siwak", palillos de dientes hechos de madera, y se recomendaba masajear las encías.

  • En Grecia se demoró en hacerse presente la higiene oral, sólo hasta su época como provincia romana se conocieron diversos elementos para la higiene oral: piedra pómez, talco, alabastro, esmeril, entre otros.

  • Los Romanos fueron quienes más se preocuparon por la higiene oral y entre los aspectos más importantes para el cuidado de ésta se encontraban el cepillo de dientes confeccionado con tela y el masaje de encías.

 

© M. Victoria Ródenas Guijarro